En la búsqueda por comprender el origen del universo, los científicos se han topado con límites que desafían tanto a la física como a la imaginación. Uno de esos límites es el tiempo de Planck, una unidad de tiempo increíblemente pequeña que marca el umbral entre lo que las leyes físicas actuales pueden describir y lo que permanece en el terreno de lo desconocido.
Este concepto, aunque abstracto, es fundamental para la cosmología moderna y la física teórica. A continuación, exploraremos qué es el tiempo de Planck, cómo se calcula, por qué es importante, y qué nos dice sobre los primeros momentos del universo.
¿Qué es el tiempo de Planck?
El tiempo de Planck es la unidad más pequeña de tiempo con significado físico según nuestra comprensión actual de la naturaleza. Se define como el tiempo que la luz tarda en recorrer una distancia igual a la longitud de Planck (aproximadamente 1.616 × 10⁻³⁵ metros) en el vacío. Matemáticamente, se expresa como:
tₚ = √(ħG / c⁵)
Donde:
- ħ es la constante reducida de Planck,
- G es la constante de gravitación universal,
- c es la velocidad de la luz.
El resultado es un valor de alrededor de 5.39 × 10⁻⁴⁴ segundos. Es decir, un instante tan fugaz que no existe tecnología capaz de medirlo directamente ni modelos físicos que puedan describir con certeza lo que ocurre dentro de ese intervalo.
¿Por qué es importante el tiempo de Planck?
El tiempo de Planck no es simplemente una curiosidad matemática; representa un límite teórico en nuestra capacidad para describir la realidad. Según el modelo del Big Bang, el universo se originó a partir de una singularidad, una región donde la densidad y la temperatura eran infinitas. Sin embargo, las leyes de la física clásica —incluida la relatividad general de Einstein— dejan de ser válidas en esos extremos.
El tiempo de Planck representa el punto más temprano en la historia del universo que podría ser descrito usando la física conocida. Antes de ese momento, se cree que el universo estaba gobernado por una combinación aún no unificada de la gravedad cuántica y las otras fuerzas fundamentales.
En este sentido, el tiempo de Planck marca el límite de nuestra comprensión del espacio y el tiempo. Es un umbral donde los conceptos de “antes” y “después” pueden perder sentido y donde el propio espacio-tiempo podría no tener una estructura definida.

Relación con la teoría cuántica de la gravedad
Uno de los mayores desafíos de la física moderna es la unificación de la mecánica cuántica (que rige lo muy pequeño) y la relatividad general (que rige lo muy masivo y lo muy rápido). En el tiempo de Planck, ambas teorías deben aplicarse simultáneamente, pero entran en conflicto. Este es el dominio de la gravedad cuántica, una teoría aún en desarrollo que busca explicar cómo funciona la gravedad a escalas subatómicas.
Teorías como la gravedad cuántica de bucles y la teoría de cuerdas intentan abordar este problema. En particular, algunas versiones de la teoría de cuerdas sugieren que el universo podría haber pasado por un estado “pre-Big Bang”, mientras que otras alternativas, como la cosmología cuántica, plantean la existencia de una “espuma cuántica” fluctuante en escalas de Planck.
El tiempo de Planck y el Big Bang
Según los modelos cosmológicos actuales, la inflación cósmica —una expansión extremadamente rápida del universo— ocurrió apenas unos 10⁻³⁵ segundos después del Big Bang. Sin embargo, el tiempo de Planck es aún más pequeño: es el primer instante “posible” del universo tal como lo conocemos.
Antes del tiempo de Planck, no podemos decir que existiera el tiempo en un sentido tradicional. Es posible que conceptos como espacio, tiempo y energía no existieran de forma definida, o que se manifestaran de manera completamente diferente.
Estudiar este instante nos podría permitir entender el verdadero origen del universo, la naturaleza del espacio-tiempo, y si realmente hubo un “comienzo” o si el universo emergió de otro estado físico aún más fundamental.
¿Por qué deberíamos interesarnos en algo tan pequeño?
Podría parecer irrelevante estudiar una fracción de segundo tan diminuta que escapa a toda percepción humana. Pero entender el tiempo de Planck es entender los cimientos del universo. Si logramos descifrar qué ocurrió durante ese instante primordial, podríamos responder preguntas tan profundas como:
- ¿De dónde vino el universo?
- ¿Qué causó el Big Bang?
- ¿Existe un multiverso?
- ¿Cuál es la verdadera naturaleza del tiempo?
El tiempo de Planck como frontera del conocimiento
El tiempo de Planck representa mucho más que un número extremadamente pequeño. Es una frontera conceptual, un recordatorio de que, aunque la física ha avanzado enormemente, aún existen límites a nuestro entendimiento. En esa infinitesimal fracción de segundo se esconde quizá la clave de todos los misterios cósmicos.
A medida que la ciencia avance y se desarrollen nuevas teorías y tecnologías, el tiempo de Planck seguirá siendo una guía hacia los orígenes del universo y hacia una nueva física aún por descubrir.