“Ningún astronauta ha salido nunca de la atmósfera de la Tierra” según un científico de la NASA

por Angel Salazar

El heliofísico de la NASA, Doug Rowland, provocó debate al afirmar que ningún astronauta ha dejado completamente la atmósfera terrestre, aunque este argumento no cuestiona los alunizajes. Lo que cambia es cómo definimos el límite entre la Tierra y el espacio. Rowland aclaró en un video oficial que la atmósfera terrestre no termina de forma abrupta, sino que se hace cada vez más tenue conforme se asciende, y continúa hasta distancias “inimaginables”.


La atmósfera no tiene bordes definidos

Contrario a lo que suele pensarse, la atmósfera no concluye en una capa visible o repentina. Se encuentra por encima del Everest, las rutas de los aviones y aún más allá de la Estación Espacial Internacional (ISS). Rowland destacó que la ISS necesita impulsos periódicos para contrarrestar la resistencia remanente del aire, evitando así que caiga a la Tierra. El espacio no es un vacío total, sino un entorno siempre influido por partículas residuales.


La línea de Kármán: un límite simbólico, no físico

Se utiliza como frontera legal y práctica del espacio exterior, ubicada a unos 100 kilómetros sobre la Tierra. Sin embargo, no marca una frontera real, ya que, más allá de ella, aún existen partículas, aunque sean extremadamente escasas.


La geocorona: la atmósfera llega hasta la Luna

Un hallazgo fascinante reveló que una nube ultradelicada de hidrógeno —la geocorona— se extiende hasta casi 630,000 kilómetros, más allá de la órbita lunar.
Esto significa que incluso las misiones Apolo ocurrieron “dentro” de la atmósfera terrestre, aunque en condiciones extremadamente diluidas.

El investigador ruso Igor Baliukin indicó que la Luna “vuela” dentro de la atmósfera terrestre, ratificado gracias a datos del observatorio SOHO.

la geocorona se extiende mas allá de la luna

Más allá de la atmósfera terrestre… la solar

Rowland añadió que, al salir de la atmósfera terrestre, realmente se entra en una porción de la atmósfera solar, una zona llena de partículas emanadas por el Sol. Solo al alcanzar la heliopausa, límite del sistema solar, se podría hablar de realmente abandonar ambos entornos atmosféricos.


Importancia científica y cultural

  • Redefinir nuestra noción del espacio: nos hace ver que los límites no son concretos, sino densidades decrecientes de materia.
  • Relanzar el debate sobre los alunizajes: confirma su veracidad, pero recalibrando dónde comienza el “espacio”.
  • Incentivar el aprendizaje científico: conecta física, exploración espacial y percepción popular con rigor.

Conclusión

Las declaraciones de Doug Rowland tienden un puente entre lo técnico y lo fascinante: el espacio no es un vacío repentino, sino una extensión continua de la atmósfera con densidades decrecientes, sin fronteras claras.
Esto nos impulsa a repensar la exploración humana, entendiendo que atravesar esa atmósfera difusa es más un proceso gradual que un salto abrupto. El espacio comienza, más que con una línea, con una transición sutil.

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