Polaris: la estrella guía del norte y su importancia en la astronomía

por Angel Salazar
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A simple vista, Polaris puede parecer una estrella más en la bóveda celeste. Sin embargo, su ubicación, historia y características físicas la convierten en una de las estrellas más importantes y estudiadas del hemisferio norte. Conocida comúnmente como la Estrella del Norte, Polaris ha sido durante siglos una referencia ineludible para la navegación, la cartografía celeste y el estudio de la evolución estelar.

Ubicada en la constelación de Ursa Minor (la Osa Menor), Polaris no es particularmente brillante —ocupa el puesto 48 en la lista de estrellas más luminosas del cielo nocturno—, pero su valor radica en algo mucho más trascendental: está casi perfectamente alineada con el eje de rotación de la Tierra. Esto significa que, desde el hemisferio norte, Polaris marca con precisión el norte geográfico.

¿Qué es Polaris?

Polaris, también catalogada como α Ursae Minoris, no es una estrella simple, sino un sistema estelar triple. La estrella principal, Polaris A, es una supergigante amarillo-blanca del tipo espectral F7, que se encuentra a unos 433 años luz de la Tierra, y posee una masa aproximada de 5 veces la del Sol. A su alrededor orbitan dos compañeras más pequeñas: Polaris Ab, una estrella cercana, y Polaris B, visible con telescopios medianos desde hace más de dos siglos.

Lo más notable de Polaris A es que se trata de una estrella variable cefeida, un tipo especial de estrella que pulsa de manera regular. Este fenómeno de pulsación provoca variaciones en su brillo, y su período de oscilación está directamente relacionado con su luminosidad intrínseca. Este detalle no es menor: las estrellas cefeidas son utilizadas como “candelas estándar” para medir distancias en el universo, lo que convierte a Polaris en un objeto de referencia crucial para la astronomía moderna.

polaris vista en un cielo del hemisferio norte

Polaris y la navegación: una estrella al servicio de la humanidad

Desde la antigüedad, Polaris ha sido una guía natural para los navegantes del hemisferio norte. Su posición casi fija en el cielo nocturno la hace ideal para orientarse, ya que mientras otras estrellas parecen desplazarse durante la noche debido a la rotación de la Tierra, Polaris permanece casi inmóvil, señalando el norte con una precisión admirable.

Civilizaciones como los vikingos, los antiguos griegos, y más tarde los marinos europeos durante la era de la exploración, usaron la altura de Polaris sobre el horizonte como una forma simple y efectiva de estimar su latitud en el mar. Esta función práctica fue fundamental antes de la invención del GPS y de los sistemas de navegación electrónica.

La precesión y el destino de Polaris

Aunque Polaris está actualmente muy cerca del polo norte celeste, no siempre ha ocupado ese lugar, ni lo mantendrá indefinidamente. Debido a un fenómeno astronómico conocido como precesión axial, el eje de la Tierra traza un lento círculo en el cielo con un período de aproximadamente 26,000 años. Esto provoca un cambio gradual en la posición de la estrella polar a lo largo del tiempo.

Hace unos 5,000 años, la estrella Thuban, en la constelación de Draco, ocupaba el lugar que hoy tiene Polaris. Dentro de 12,000 años, Vega, en la constelación de Lyra, se convertirá en la nueva estrella polar. Polaris se encuentra, por tanto, en una posición privilegiada solo por un breve momento en la escala cósmica, lo que la hace aún más especial en nuestra era.

La importancia científica de Polaris

Para los astrónomos, Polaris no solo es un punto de referencia en el cielo; es también un laboratorio natural para estudiar la física estelar. Al ser una cefeida brillante y relativamente cercana, permite medir con alta precisión los cambios en su brillo, temperatura y tamaño. Estos estudios ayudan a calibrar las relaciones fundamentales que permiten estimar distancias en el universo, desde galaxias cercanas hasta cúmulos distantes.

Además, la naturaleza triple del sistema Polaris ha ofrecido a los astrofísicos una excelente oportunidad para estudiar la dinámica orbital y la evolución estelar en sistemas múltiples.

polaris vista en un cielo del hemisferio norte fotografia

Conclusión: una estrella fija en un cielo cambiante

Polaris representa una convergencia única entre utilidad práctica, relevancia histórica y valor científico. Es una estrella que ha guiado exploradores, ha definido direcciones y ha ayudado a expandir los límites del conocimiento humano sobre el cosmos. A medida que los telescopios y las técnicas astronómicas evolucionan, Polaris sigue brillando no solo como estrella, sino como símbolo de orientación y descubrimiento.

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