Desde el punto de vista de la física clásica, el protón, una de las partículas fundamentales que componen los átomos, parece ser eterno. Forma parte de cada núcleo atómico de la materia ordinaria, junto con los neutrones, y está presente en todas las estrellas, planetas, organismos vivos y objetos inanimados. Sin embargo, para los físicos de partículas, la pregunta sobre si el protón tiene una vida finita es una cuestión profunda que puede revelar los secretos más fundamentales del universo.
¿Puede el protón desintegrarse? ¿Cuál es su vida media? ¿Y qué implicaciones tendría su decaimiento para la física, la cosmología y la estabilidad del universo tal como lo conocemos?
¿Qué es el protón?
El protón es una partícula subatómica con carga eléctrica positiva, ubicada en el núcleo de los átomos. Está formado por tres quarks (dos quarks up y un quark down), unidos por la interacción fuerte mediada por los gluones. Su masa es aproximadamente 1.672 × 10⁻²⁷ kilogramos, y junto con los neutrones, constituye prácticamente toda la masa visible del universo.
Durante décadas, el protón ha sido considerado una partícula estable, es decir, que no se desintegra de forma espontánea, al menos dentro de los límites experimentales observables.
La vida media del protón: ¿qué significa?
El concepto de vida media (o tiempo de vida media) en física de partículas se refiere al tiempo promedio que tarda una partícula inestable en desintegrarse. Para muchas partículas, como los neutrones libres, los piones o los muones, esta desintegración ocurre en fracciones de segundo o minutos.
Sin embargo, cuando hablamos de la vida media del protón, nos referimos a escalas de tiempo inimaginablemente largas. A pesar de décadas de investigación, jamás se ha observado directamente la desintegración de un protón, lo que indica que, si ocurre, su vida media es extraordinariamente superior a la edad actual del universo (aproximadamente 13.8 mil millones de años).

¿Puede el protón desintegrarse?
Según el Modelo Estándar de la física de partículas, el protón es estable. Sin embargo, muchas teorías más allá del Modelo Estándar, especialmente las llamadas Teorías de Gran Unificación (GUTs), predicen que el protón puede desintegrarse a través de procesos extremadamente raros, mediadas por partículas masivas hipotéticas llamadas bosones X o Y.
Un ejemplo clásico de decaimiento propuesto es:
protón → positrón + pión neutro
Este tipo de desintegración violaría una de las simetrías más fundamentales conocidas: la conservación del número bariónico (que indica cuántas partículas como protones y neutrones hay en un sistema). Aunque esta conservación es respetada en el Modelo Estándar, muchas GUTs predicen que puede romperse en condiciones extremas.
¿Cómo se busca el decaimiento del protón?
Detectar la desintegración de un protón es uno de los desafíos experimentales más ambiciosos de la física actual. Para ello, los científicos construyen detectores subterráneos gigantescos, aislados de la radiación cósmica y diseñados para observar posibles productos de desintegración.
El más famoso de estos detectores fue el Super-Kamiokande en Japón, un tanque de 50,000 toneladas de agua ultrapura ubicado a 1,000 metros bajo tierra. Aunque no ha observado decaimientos de protones, ha permitido establecer límites inferiores sobre su vida media.
Actualmente, se ha determinado que la vida media del protón debe ser superior a:
10³⁴ años (cien mil trillones de años), dependiendo del canal de decaimiento.
Esto significa que si tienes un mol de protones (~6.022 × 10²³ partículas), tendrías que esperar más de 10³⁴ años para ver que uno de ellos se desintegra. Es un tiempo tan grande que excede con mucho la duración prevista del universo antes de la muerte térmica.

¿Por qué importa la vida media del protón?
El estudio del posible decaimiento del protón no es un ejercicio académico abstracto. Sus implicaciones son profundas:
- Física unificada: Confirmar el decaimiento probaría que las fuerzas fundamentales se unifican a altas energías, como proponen muchas GUTs.
- Cosmología: El decaimiento del protón afectaría el destino a muy largo plazo del universo. Si los protones se desintegran, toda la materia ordinaria eventualmente desaparecería.
- Estabilidad de la materia: Hasta ahora, la estabilidad del protón ha sido un pilar para la existencia continua de átomos, moléculas y estructuras complejas como las estrellas, planetas y seres vivos.
Conclusión
Aunque el protón parece una roca inmutable en la base de la materia, su posible inestabilidad plantea preguntas fundamentales sobre la estructura del universo. El hecho de que nunca hayamos observado su desintegración solo refuerza su carácter enigmático, pero no excluye que, en una escala de tiempo suficiente, la materia misma pueda ser efímera.
Las futuras generaciones de físicos y detectores podrían, en algún momento, registrar ese primer indicio de que incluso las partículas más estables tienen un final. Hasta entonces, el protón sigue siendo el centinela de la materia, y su vida media, uno de los grandes misterios de la física.